7.12.11

5. Vagos vaguetes

Pronto hará cinco años que adquirimos el 5º izquierda.
Varios compradores, miles de años por delante de pagos y números.
Y desde entonces el 5º izquierda es vivienda habitual, y por ello generadora de ciertas desgravaciones acordes con la ley del momento.

La Administración ha ido aceptando nuestras desgravaciones sin corroborar nada. Hace unos días, al límite del tiempo de partido reglamentario, el árbitro pitó. Señores, presenten sus credenciales o no les devolvemos lo que les debemos.

Esta mañana dos de los titulares nos desplazamos a Hacienda. Le preguntamos a la lista y eficaz muchacha que nos atiende si el requerimiento recibido se debe a una suerte de tendencia cazafantasmas vinculada al apretón que sufren las cuentas nacionales. Nos contesta con un fino hilo de voz: “un poco”. Por un momento nos sentimos tan relevantes para el Estado como Urdangarín. Pero el subidón es corto. Le inquirimos también a la mujer la razón por la cual no nos pidieron la documentación el año siguiente a la compra. "Sólo somos ocho para toda la zona centro".

Será sin duda cierto que en algunos ministerios sobran ujieres anacrónicos y faltan técnicos. Pero también es verdad que el ritual del desayuno eterno no ayuda. Sin querer caricaturar: seis desayunaban mientras dos atendían. Falta de competitividad de nuestra manera de hacer dicen algunos. Linda perífrasis.

En el camino de vuelta una tienda corrobora mi intuición a simple vista. Doce de la mañana de un jueves. Está abierta. ¿Pero para qué subir las rejas si en un par de horas cerramos hasta las cinco?



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Ayer perdí una beca, por culpa de un desayuno. felicidades por el blog.

HVF dijo...

Lo siento por tu beca y porque esos desayunos tengan tantas consecuencias, aunque me alegro por tu comentario (es el primero que recibe el 5º izquierda por vías "oficiales".) Qué alegría. ¡Gracias!