Nunca he estado en Suecia. Pero lo imagino fácilmente. La incompatibilidad
térmica que algunos desarrollamos respecto a determinadas coordenadas geodésicas no me permitiría atravesar el portal. Así que mi vida en Suecia sería prácticamente como vivir siempre dentro de casa. Un 5º izquierda 7-Eleven.
Vamos, lo que vengo haciendo en las últimas semanas, el tiempo que llevamos retenidos involuntariamente por un captor infeccioso que todo lo puede. Quince días haciendo puzzles, contando canicas, explotando burbujas, husmeando las obras de enfrente y viendo dibujos. Nuestra rutina vital es rica y variada. Y ese es el truco. Enlazas un día con otro cual rehén bajo la protección de tu raptor y al cabo de unos días ya no deseas salir de casa. Quieres a tu secuestrador. Puro Estocolmo. Si además se te han colado objetos godmorgon o skydda por la mirilla, puedes considerarte protagonista de una auténtica nordic way of life.
Siempre creímos que nos gustaba la vida exterior. Andar, correr, pasear por las calles, por los parques, por los bulevares, por las avenidas. Ahora nos asusta. No sea que nos crucemos en el semáforo con una gastro o un piojo. Mejor que venga el médico, nos de el alta, dejemos Suecia y nos volvamos al sur. Doctor, gracias por su visita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario