30.11.11

4. Fred y Ginger

Se está fraguando la llegada de dos nuevos inquilinos al 5º izquierda.

Fred y Ginger fueron advertidos hace unos meses en los barrios del centro de la ciudad durante un paseo con amigos y bebés. Se encontraban al lado de un contenedor, junto a muchos otros enseres rechazados por algún corazón. Cual buitres, nos lanzamos los seis sobre los muebles y procedimos a una distribución justa y equitativa. Fred y Ginger quedaron en el lote de nuestros amigos. Y pasaron los meses. Pasaron. Todas las reliquias recogidas  a coup de coeur en ese sábado reposaban en el sótano de nuestros compadres sufriendo un doble abandono en toda regla.

Pero un día el deber trasladó a nuestros queridos amigos a Nueva York. Y antes hubo que empaquetar sus bienes para que emigrasen a bordo de un transatlántico. Perdimos la cercanía de nuestros camaradas, pero ganamos a Fred y a Ginger.

Tras unos meses más de reflexión y negociación sobre su reparación, destino y futuro color, han venido a recogerlos hoy. Fred y Ginger volverán la semana que viene con su misma personalidad pero con un nuevo aspecto. Con su historia y decadencia pero con olor a limpio.

Qué alegría recibirles como se merecen. Bienvenidos a casa.




N.B.
Así volvieron Fred & Ginger...


29.11.11

3. El proceso que supone la consolidación de un noviazgo

He compartido la mañana con mi amiga Constanza. No es su verdadero nombre pero le va a la perfección. Es lista, barroca, pizpireta, inspiradora... y “vintage” como dice ella. Ha salido de la nada y se ha vuelto a marchar como verdadera cenicienta, pero con sabor a Mahou. Volvía hacia el lluvioso pueblo dónde el amor la ha trasladado, en autobús.

Y mientras la mayoría de amigas y amigos recién entrados en la treintena se enfrentan a los obstáculos de dejar atrás relaciones mesozoicas o a la laboriosa misión de encontrar una pareja decente, llega Constanza y me suelta que en el hipotético- e improbable- caso de llegar a dejar a su hombre, no sería de ninguna forma para buscar otro, sino para estar sola.... “¡con el proceso que supone la consolidación de un noviazgo!”

Yo sigo creyendo que lo difícil de las relaciones es encontrar la adecuada velocidad de crucero, apta para cielo impecable, para cuando hay turbulencias o en su caso, descompresiones. Pero a partir de hoy, cuando me venga a la cabeza la posibilidad de hacer un aterrizaje forzoso con desalojo de pasajeros, pensaré en Constanza y en las dificultades del proceso que supone la consolidación de un noviazgo.



2. Familiar de Pepperoni

Hace un par de días descubrí un alter ego. Mi tía política. 82 años.
Me sentí tan comprendida que le confesé algo que nunca le había contado a nadie: siempre quise ser repartidora de pizzas. Ni cocinera. Ni supervisora. Repartidora. Era la única profesión que mi ingenio encontró en la que sin saber de electricidad, calderas ni fontanería podías acceder al maravilloso mundo de las casas ajenas. Me desvió de mi destino la consideración social por los estudios universitarios y otras historias sobre el making off de la comida a domicilio. Pero a punto estuve de probar, con la consecuente posibilidad de engancharme. No hay mayor placer para mi que descubrir nuevos universos condensados entre cuatro paredes, o en personajes desconocidos deambulando en las estaciones. Esta adicción compartida ha tejido algo inquebrantable entre mi familiar y yo. Ahora, cuando la una hunde su cabeza en conversaciones ajenas, la otra le guiña el ojo, demostrando absoluta empatía y comprensión.

El pasado miércoles fue el novamás. Nueva York. JFK Airport. Dos horas de retraso que, sumadas a las tres de antelación con que nos habíamos personado, contaban cinco largas horas de espera, más siete de viaje. Lo que para cualquiera hubiese representado un marrón, se convirtió en un fabuloso regalo para la repartidora-to-be. Qué gran sorpresa ver que nuestro avión parecía volar a la Meca de los judíos ultraortodoxos y en él volaría toda la comunidad jaredí de america del norte y parte del sur. Compartimos varias horas de espera en comunión jasídica plena, junto a cinco Hermanas de María procedentes del Bronx que flipaban literalmente. ¡Ellas!, acostumbradas ya a ritos múltiples y vestimentas, como mínimo, peculiares. Sólo me faltó saber yiddish o tener subtítulos. Y, bien atenta y bien sentadita, éste era mi particular espectáculo.


Después de todo, me dije, el look es un factor de unión entre religiones monoteístas. Con ligeros matices. Pero vamos que entre una peluca, una toca y un velo... Para muestra, un botón (¿distinguirían a las damas de la foto? una monja católica y la otra judía ultraortodoxa, ¿sabrían decir quién es quién?).

Siempre pensé que la religión era cuestión de fe interior, pero cada vez pienso que tiene mucho de creencias estilísticas, como mínimo para aquéllos que están a full into it. Lo que está claro es que cada uno necesita expresar su identidad. Todos la buscamos y la creamos de alguna manera. O nos sumamos a identidades precocinadas para reconocernos, localizarnos, ayudarnos o por mandato divino...Somos seres extraños.
Su Familiar de Pepperoni. Son 15.50 €.

26.11.11

1. Tengo un defecto.

Tengo un defecto.
Soy inconstante.
A veces puedo irme a la cama habiendo firmado un pacto de sangre conmigo misma,
y a la mañana siguiente vivir como si la cosa no fuera conmigo porque se me ha ocurrido algo mejor. No es mala fe.
Soy de fiar y cumplo lo que firmo. Pero cuando no hay contrato ni confianzas ajenas que puedan verse traicionadas, cuando la cosa va sólo conmigo, soy inconstante.

Y el hábitat es uno de mis puntos flojos.
Intento contenerme para parecer gente normal, pero llevo una vida entera amenazando a mis sucesivas viviendas con cambios de distribución  inmediatos y holísticos. Mi actual víctima es el 5º izquierda. Las crisis redistributivas suelen manifestarse cada tres o cuatro meses. Pero son peanuts al lado de mis verdaderos deseos periódicos de mudanzas reales.

Tengo la determinación de aportar mejoras al 5º izquierda una o dos veces por semana.
Espero que pasen a verlas.
Pueden incluso suscribirse y no hará falta llamar a la puerta.
Es posible que en alguna de sus visitas noten mi inclinación al cambio. No se asusten si hay más lámparas de las que había, si escojo otra tipografía, pinto las paredes de rosa escarlata o recoloco todos los apartados de este lugar. Es previsible.
Pero también puede ser que decida mudarme y abandonar un día el 5º izquierda.
Si es así, no me lo tengan en cuenta.
Tengo un defecto.
Soy inconstante.


Hoy está sonando  http://youtu.be/d7MhYjUwgDM en el 5º izquierda