29.11.11

3. El proceso que supone la consolidación de un noviazgo

He compartido la mañana con mi amiga Constanza. No es su verdadero nombre pero le va a la perfección. Es lista, barroca, pizpireta, inspiradora... y “vintage” como dice ella. Ha salido de la nada y se ha vuelto a marchar como verdadera cenicienta, pero con sabor a Mahou. Volvía hacia el lluvioso pueblo dónde el amor la ha trasladado, en autobús.

Y mientras la mayoría de amigas y amigos recién entrados en la treintena se enfrentan a los obstáculos de dejar atrás relaciones mesozoicas o a la laboriosa misión de encontrar una pareja decente, llega Constanza y me suelta que en el hipotético- e improbable- caso de llegar a dejar a su hombre, no sería de ninguna forma para buscar otro, sino para estar sola.... “¡con el proceso que supone la consolidación de un noviazgo!”

Yo sigo creyendo que lo difícil de las relaciones es encontrar la adecuada velocidad de crucero, apta para cielo impecable, para cuando hay turbulencias o en su caso, descompresiones. Pero a partir de hoy, cuando me venga a la cabeza la posibilidad de hacer un aterrizaje forzoso con desalojo de pasajeros, pensaré en Constanza y en las dificultades del proceso que supone la consolidación de un noviazgo.



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