30.8.12

33. Bienvenidos al Sur

Es bueno ser uno mismo. No esconderse. No pretender ser quién no se es. Sin duda. Sin embargo, hay veces que es especialmente conveniente limar los defectos y las cutreces de uno para no caer en el peor y más triste de los ridículos. Reirnos es estupendo. De nosotros mismos, todavía mejor. Pero al tanto, no sea que demos pena.

Como no quiero creer que vivimos en un país de pacotilla, soy de las que sospecha que Cecilia es una cortina de humo. No dudo que Rajoy se habrá gastado su paga extra en gratificar a la señora para alegrar este mes de agosto árido para nuestras finanzas. Se trata de ganar semanas y el Ecce Homo está siendo un entretenimiento a la altura de nuestras necesidades.

Pero resulta que no sólo nosotros, ombliguistas, sabemos llamar la atención. Hace una hora, leía en el subtitulado de la televisión portuguesa lo siguiente: Economista da troika, vítima de carteirista em Lisboa. Sí, sí, hay quién no le teme a los hombres de negro. No sólo no les teme, sino que para que Bruselas sepa lo que es estar sin blanca, se atreve a meter mano a palo seco en bolsillo comunitario. Así, en vivo y en directo. Éso, definitivamente, es gracia con clase. 


No hay comentarios: