No lo neguemos, somos muy autorreferenciales. Pocas son las personas que conozco que
no truncan y enlazan historias ajenas para llevarlas a su propia vida.
Reconozco ser pecadora reincidente. Dependiendo de la frecuencia y la manera
con que se recorte el cuento del otro, puedes ser entretenido, fastidioso o
bien totalmente repulsivo.
Fuera del 5º izquierda, llevo unas semanas
autorreferenciales a tutiplén. Pero no de palabra, sino de mente, que es más perverso. He tenido un verano
pródigo en lecturas y doy por ello gracias a mi alrededor- entorno
que dirían en Tele 5- por haberme permitido hundir la cabeza en historias
escritas. También debo un agradecimiento a Ryanair- quizá lo único que llegue
jamás a agradecerles y quizá el único reconocimiento que reciban en estas
fechas- por no haberme privado en esta ocasión de traer mis lecturas bajo el
pecado del kilo de más.
Mi mente alevosa ha conseguido asociar mi vida con cada uno de los libros que he consumido.
He reencontrado parte de mi historia en todos ellos. Cierto es también que no
he optado este año por escritores foráneos, sino por producto
nacional, facilitando así la identificación. Una educación guiri y una falta de
interés continuada han hecho que acumulara importantes lagunas en literatura española que
trato- acaso en vano, tal es el hoyo- reparar de vez en cuando.
No sólo he compartido referencias con los autores electos sino
que, hace un par de días, más allá de nuestras fronteras, abro al azar un suplemento
literario de un periódico autóctono y aparece a
página entera uno de los periodistas domésticos que más honro, recién traducido al portugués.
Me fascinan los encuentros fortuitos en la vida, pero también sobre papel.
Disfruto creyendo que ésa página- con su texto y su fotografia- se ha diseñado por artes ocultos justo antes
de que yo girara la anterior. Exactamente para que yo la leyera en ese preciso momento. Vaya
ego pensarán. Yo también. Pero no me importa admitir que si es
coincidencia, sólo coincidencia, absolutamente casual y fortuita, también me ha sabido a magia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario