12.6.12

25. La boda de mi mejor amigo


Tu mejor amigo no se casa cada día. Y el mío, menos. ¿Visualizan al típico invitado que a pesar de darlo todo en los bodorrios, al salir reniega de la humanidad y sus tradiciones, jurando eternamente no formar parte de ningún pack bodil preconcebido por Cupido? Es él. ¿Lo ven? Traje oscuro. Gafas blancas. A cada frase de cura o alcalde, en cualquier boda, da un paso atrás. Como si tuviera urticaria. A mí no me veréis por aquí, parecen decir sus poros. Ésto no va conmigo.

Pero amigos, el amor todo lo puede. Vence alergias y negativas. Sube y baja montañas, bucea dónde puede, atraviesa el planeta. Y encima te regala una amiga. Que la amistad no se encuentra en los outlets, oigan.

Crisis que no existen, rescates que nunca pediremos, matrimonios que no serán. ¡No todo lo que se viene negando es malo, señores! Al contrario, hay cosas emocionantes e ilusioneras, como diría mi abuela. Y ando yo más feliciana...



No hay comentarios: